La irreversible relación sexual entre seres humanos y las maquinas.
La revolución de la Inteligencia Artificial no deja de sorprendernos en diferentes campos del conocimiento y en la producción de objetos de consumo que implementan dispositivos tecnológicos. En la industria del sexo, el sextech ha ido ganando terreno en este desarrollo; en principio, la industria de los juguetes y estimulantes sexuales catapultó la imperiosa necesidad de avanzar hacia esta tendencia. Gracias a la IA y al desarrollo tecnológico, estos dispositivos pueden adaptarse y personalizarse según las preferencias y necesidades de cada usuario, brindando una experiencia única y satisfactoria. Además, la revolución de la Inteligencia Artificial ha permitido desarrollar innovadores dispositivos de realidad virtual y realidad aumentada que ofrecen experiencias aún más inmersivas y realistas . Estos avances han revolucionado la forma en que las personas exploran su sexualidad y han abierto nuevas posibilidades a la intimidad, el placer, y las relaciones humanas.
La réplica de partes íntimas se ha convertido en tendencia en la industria del sextech, permitiendo que las personas experimenten sensaciones similares a una intimidad real con esa persona. Para ejemplificar esto, encontramos el caso de las réplicas de los genitales de la actriz de contenido para adultos Esperanza Gómez, quien en entrevistas promocionando estos productos ha expresado frases como: "Si quieres tener sexo con Esperanza Gómez, pues compre mi réplica y ahí ya me tiene".
De otro lado, las cifras proporcionadas por Stratistics MRC indican que en 2017 el mercado global del bienestar sexual recaudó alrededor de $39.42 mil millones de dólares, esperando que para 2026 la suma aumente a $122.96 mil millones de dólares. Esta tendencia muestra cómo la tecnología está transformando la forma en que las personas exploran su sexualidad y buscan satisfacción personal. Reflexionar sobre los límites y alcances éticos de esta industria para garantizar el respeto y el bienestar de toda la ciudadanía es necesario, ampliando la discusión e implementando estrategias de educación sexual para toda la sociedad.
El profesor de la Universidad de Turin, Italia, Maurizio Balistreri, experto en sexualidad digital y vinculado al departamento de filosofía y ciencias de la educación en esta reconocida institución educativa, nos invita a reflexionar sobre la relación cada vez más estrecha entre el sexo y las máquinas. Balistreri destaca que la creciente integración de la tecnología en el ámbito sexual plantea importantes preguntas éticas y morales. Por ejemplo, ¿es ético permitir que las máquinas reemplacen las relaciones humanas íntimas? Además, se cuestiona si el consentimiento es realmente posible cuando se trata de interactuar con productos sexuales personalizados, programados para recrear situaciones reales como la violencia, las violaciones y otros aspectos a considerar que son dignos de llegar a reflexionar en una sociedad cambiante como la nuestra.
El avance de la tecnología en la industria del sexo genera experiencias inmersivas para muchos de sus usuarios. Sin embargo, cuestionarnos, o mejor aún, problematizar la relación entre seres humanos y la relación entre seres humanos y tecnología es indispensable. ¿Hoy en día son necesarias las relaciones humanas para la satisfacción sexual y el bienestar emocional de las personas? Con una respuesta rápida y ligera podríamos responder que no, no son necesarias las relaciones humanas para la satisfacción sexual, menos cuando la industria de las réplicas robóticas, realidad aumentada y androides sexuales mejoran cada día sus capacidades y se vuelven más realistas. Sin embargo, es importante reflexionar sobre las advertencias de Balistreri si se utilizan estos productos sexuales que recrean situaciones violentas o de violación. Cabe preguntarnos: ¿Estamos contribuyendo a normalizar y perpetuar estas conductas? ¿Es ético utilizar androides programados para satisfacer nuestras fantasías más oscuras? Estas son preguntas que nos obligan a reflexionar sobre los límites de la tecnología y su impacto en nuestras interacciones sexuales. O incluso cuestionarnos: ¿Estamos a un paso de perder todo contacto físico e íntimo con otros seres humanos, abriéndole campo solo a la complacencia y a la satisfacción de deseos? ¿Dónde queda la contemplación, admiración y respeto hacia otras personas en un mundo donde la tecnología parece estar reemplazando cada vez más nuestras relaciones personales?
Estas y otras cuestiones surgen en una sociedad cada día mas automatizada, donde las maquinas parecieran desplazar al ser humano y donde la ficción de ayer, parece ser la realidad de nuestro presente.
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