IMAGEN: RETINA LATINA
POR: LA SUCIA RATA!
«No te desanimes, mátate» es una emblemática canción de la banda de punk Mutantex, conformada en la ciudad de Medellín-Colombia a inicios de los años ochenta. Para esa época, el país atravesaba un periodo de agudización de conflictos sociales, políticos y armados, donde la juventud urbana era presa de esta condición. Para este entonces, los jóvenes marginados, desesperanzados y precarizados no vislumbraban futuro posible para resarcir la vida misma.
En 1990 se estrenó la cinta cinematográfica del director de cine Víctor Gaviria Rodrigo D No Futuro, película que refleja la vida de miles de jóvenes anclados al eterno presente ante las adversidades crudas de la existencia. Una de las bandas destacadas durante el filme fue Mutantex, agrupación que encabeza Ramiro Meneses, quien protagonizó a Rodrigo en la película.
El legado del No Futuro que otorgó el punk para una época donde la vida misma era extrema, ahora es objeto de consumo por los mercaderes del bienestar. El No Futuro es el mantra de nuestro tiempo. Ahora solo nos queda vivir en el aquí y el ahora, lugar donde soltar el pasado es obligatorio y donde no debemos aferrarnos a la posibilidad de un futuro. Este mantra es difundido ampliamente por los mercaderes de la espiritualidad, manuales de autoayuda y coaching en todas sus expresiones.
El mercado del bienestar es adoptado como una condición de superación, una carrera frenética que nos debe conducir al éxito. Mientras la apariencia hipócrita de la felicidad es expuesta mediáticamente, nos arrojamos en una caída estrepitosa hacía el fracaso. la promesa del éxito y la superación suprime cualquier posibilidad de fracaso. El fracaso no es una opción, si fracasamos queremos matarnos.
La desesperanza que se genera al no lograrse consolidar el yo como proyecto, como éxito, conlleva a la depresión y al suicidio. La salud mental se convierte, a su vez, en un negocio complejo de difícil acceso para muchas personas. Marx ya nos había advertido que en el sistema de producción capitalista todo es susceptible de convertirse en mercancía. Mientras esto sucede, las mediocres medidas de los programas de salud mental parecen que celebran cada intento de suicidio, un intento de suicidio es un cliente más, el paciente como mercancía necesita consumir los paliativos necesarios para soportar esta decadente existencia.
Así que hemos transitado de la posibilidad de la revolución a la resistencia, y de la resistencia al cambio individual; una suerte del yo como proyecto, el yo como única forma de lograr la transformación; una revolución narcisista donde lo único que importa es el bienestar individual en detrimento de aquellos proyectos colectivos que buscaban mejorar las condiciones de existencia de la sociedad; pasamos del nosotros, al yo como única opción de cambio.
El No Futuro anclado en nuestro imaginario (como Mantra), nos condena a vivir en una falsa plenitud con el presente. Imaginar cualquier opción de futuro es imposible, por eso es mas sencillo imaginar el fin del mundo que en una alternativa real para la humanidad.
Publicado en www.comunyc.com y modificado para y por la Sucia Rata.
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